
El segmento Off the Cuff de Vogue reunió a Olivia Colman y Benedict Cumberbatch en una entrevista conjunta, donde la complicidad y el humor británicos dominaron una conversación llena de confesiones, accidentes y anécdotas personales.
En un entorno relajado, ambos intérpretes respondieron a preguntas espontáneas, exponiendo ángulos poco habituales de sus vidas y trayectorias. Según Vogue, la intención del formato es mostrar el costado más humano y lúdico de sus invitados.
El formato Off the Cuff de Vogue se basa en preguntas rápidas, sin filtro ni preparación previa, lo que permite obtener respuestas auténticas. Colman y Cumberbatch, quienes compartieron pantalla en la película The Roses —inspirada en el clásico de los 80 “La guerra de los Rose”—, se alternaron para comentar desde miedos hasta hábitos cotidianos y recuerdos de rodaje.

Entre las revelaciones más curiosas, Colman admitió que su mayor temor irracional son los tiburones, mientras que Cumberbatch calificó su estilo de baile como “inconsistente”, lo que provocó varias risas. Ambos coincidieron en el tenis como el deporte que les resulta más cómodo.
Colman sorprendió al mostrar su habilidad para imitar flatulencias con las manos, una técnica que considera infalible para romper el hielo. Respecto a las pequeñas molestias diarias, Colman apuntó a los conductores que ocupan el carril central como su principal irritación.
Cumberbatch eligió “Purple Hat” de Sofi Tukker como su canción preferida y citó “Matar a un ruiseñor”, “El hobbit” y obras de James Joyce y Charles Dickens entre sus libros favoritos. Colman, en cambio, confesó que lee a Julie Cooper cada día, mostrando un lado íntimo y genuino.

Durante la entrevista, ambos actores compartieron experiencias de sus carreras. Cumberbatch relató su accidente durante el rodaje de The Roses, donde, al lanzarse sobre un sofá, confundió la dureza del reposabrazos y terminó lesionado. Recordó también una escena nocturna en la que, al arrojar una silla de plástico, esta rebotó y lo golpeó en el rostro; el equipo creyó que era parte de la actuación.
Por su parte, Colman rememoró un incidente en la serie Broadchurch: Jodie Whittaker la empujó accidentalmente en una escena intensa y le provocó una dislocación de rodilla.
No faltaron las menciones a rumores insólitos sobre sus vidas. Cumberbatch habló de una falsa colección de supercoches supuestamente valorada en una suma millonaria. Colman dijo haberse sorprendido al encontrar que, según internet, su patrimonio superaba los 30 millones.

En relación a sus premios, Colman reveló que guarda su Oscar en un armario para evitar exhibirlo, aunque debió moverlo después de que un operario le advirtiera sobre la humedad.
La conversación estuvo teñida de humor y confianza. Las bromas sobre “talentos inútiles” —como la habilidad de Colman para hacer ruidos con las manos— y los tradicionales chistes en el set, incluidas las bromas de “tirar del dedo”, mostraron el clima distendido entre ambos.
Cumberbatch destacó el rol de Colman para animarlo en momentos de duda, mientras ambos rememoraron afectuosamente a colegas como Anthony Hopkins, David Tennant y Jessie Buckley.

En la ronda de preguntas rápidas, Colman se decantó por los viajes grupales, los huevos con soldados antes que las alubias con tostadas, el campo en vez de la ciudad y el café por sobre el té. Cumberbatch prefirió la lectura, la lavadora frente a la tintorería y la cocina casera, aunque reconoció que si él cocina, suele pedir comida a domicilio.
Compartieron su inclinación por la mermelada en lugar de la pasta de levadura y se definieron como personas que tienden a decir “sí” ante las oportunidades.
Colman y Cumberbatch agradecieron haber participado en el formato de preguntas y respuestas de Vogue y subrayaron el ambiente relajado y el disfrute que les generó compartir ese espacio en común. La complicidad, el sentido del humor y las anécdotas inéditas terminaron de sellar una entrevista donde el entretenimiento estuvo garantizado.