
Un paciente infantil falleció en Carolina del Sur tras contraer una infección cerebral causada por la ameba Naegleria fowleri, confirmaron voceros del Prisma Health Children’s Hospital-Midlands en una conferencia de prensa celebrada el martes 22 de julio. La enfermedad, denominada meningoencefalitis amebiana primaria (PAM, por sus siglas en inglés), es una afección extremadamente rara, pero con una tasa de letalidad superior al 97%.
El hospital, ubicado en la región central del estado, no proporcionó detalles sobre la identidad del menor ni sobre las circunstancias específicas de su fallecimiento. En el mismo comunicado, sin embargo, se indicó que la infección fue confirmada clínicamente y representa el primer caso fatal registrado en Carolina del Sur desde el año 2016.
El Departamento de Salud Pública del estado informó que la exposición a la ameba probablemente ocurrió en el lago Murray, aunque aclaró que no puede asegurarse con certeza. La enfermedad se produce cuando el microorganismo ingresa al organismo a través de la nariz y se desplaza hacia el cerebro, un mecanismo de infección que puede darse durante actividades recreativas en agua dulce cálida.
Durante la rueda de prensa, la doctora Anna-Kathryn Burch, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del hospital, explicó que este tipo de infecciones son casi siempre fatales y progresan con rapidez. “Más del 97% de los casos que han ocurrido desde los años sesenta han terminado en muerte”, indicó. CBS News reportó que Burch también detalló que la infección se produce cuando el agua contaminada con la ameba entra con fuerza por la nariz y consigue atravesar la barrera hematoencefálica.
“Estas infecciones son devastadoras”, señaló la médica. Afirmó que los ambientes propicios para la Naegleria fowleri incluyen lagos, ríos y aguas termales con temperaturas elevadas, particularmente durante el verano.

La ameba Naegleria fowleri no causa infección al ser ingerida ni se transmite de persona a persona, subrayaron tanto el hospital como el Departamento de Salud estatal. El organismo unicelular prospera en cuerpos de agua dulce templada y se activa particularmente durante los meses más cálidos del año, cuando las temperaturas del agua aumentan.
La vía de entrada de la ameba es exclusivamente nasal. Actividades como saltar, bucear o realizar deportes acuáticos que provocan que el agua ingrese a presión por la nariz incrementan el riesgo de exposición. La infección resulta en inflamación cerebral grave que avanza con rapidez y puede causar la muerte en cuestión de días.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan medidas preventivas como el uso de pinzas nasales, mantener la cabeza fuera del agua en aguas termales o evitar revolver el sedimento del fondo de los lagos durante actividades recreativas.
Este no es el único caso fatal de infección por Naegleria fowleri ocurrido en Estados Unidos este año. En mayo, una mujer de 71 años falleció en Texas tras contraer la misma enfermedad al usar agua del grifo en un dispositivo de irrigación nasal dentro de su casa rodante.
De acuerdo con un informe del caso publicado por los CDC, la mujer, previamente sana, comenzó a experimentar fiebre, dolor de cabeza y alteración del estado mental tan solo cuatro días después del enjuague nasal. Pese al tratamiento médico para una infección sospechada de PAM, la paciente presentó convulsiones y murió ocho días después de la aparición de los primeros síntomas.

El Departamento de Salud de Carolina del Sur reiteró que, aunque los casos de PAM son extremadamente raros, la letalidad del patógeno hace imprescindible reforzar las medidas de precaución durante la temporada de mayor exposición. Desde 2016 no se habían documentado infecciones por esta ameba en el estado, pero las condiciones ambientales como el aumento de la temperatura del agua pueden favorecer su presencia.
La recomendación de las autoridades es clara: evitar la entrada forzada de agua por la nariz al practicar actividades en lagos, ríos o fuentes termales de agua dulce. Aunque la infección es poco frecuente, su desenlace suele ser irreversible.
El caso del menor en Carolina del Sur y el de la mujer en Texas subrayan los riesgos que persisten, incluso en actividades cotidianas o recreativas aparentemente seguras. Las fuentes oficiales como el Prisma Health Children’s Hospital-Midlands, el Departamento de Salud Pública estatal y los CDC coinciden en que la clave está en la prevención, ya que los tratamientos disponibles rara vez logran revertir el daño una vez que la ameba ha invadido el cerebro.