Si esto parecía ciencia ficción hace menos de dos décadas atrás, ya no lo es.
Hoy, el poder económico y militar de las dos principales potencias del mundo, Estados Unidos y China, se juega en el avance que puedan lograr en este campo.
La carrera es contrarreloj. El ejemplo más fehaciente del régimen asiático fue el "lanzamiento de DeepSeek", la nueva herramienta china de Inteligencia Artificial, cuyo mito de "bajo costo extremo" ha sido desmoronado por expertos y catalogado de imposible. Y China lo sabía, pero quería dar un golpe o un susto de poder. Lo que consiguió finalmente fue revelar su desesperación en una competencia que podría sacarla de su lucha feroz por la hegemonía mundial.
La alerta llegó a la Casa Blanca y a las empresas matrices estadounidenses OpenAI, Meta, Alphabet y fabricantes de “chips” como Nvidia, Intel o Micron, entre otras.
Por su parte, Trump comenzó a moverse más rápido de lo que ya lo caracteriza en su segundo mandato.
El 27 de enero de 2025, las acciones de las empresas tecnológicas en el mundo, la mayoría estadounidenses, cayeron el equivalente a un billón (trillion) de dólares en solo día.
El multimillonario Elon Musk catalogó el lanzamiento como una “conspiración de China”, mientras que otros analistas restaban trascendencia al nuevo modelo. Al día siguiente, las bolsas mundiales retomaron casi su normalidad, pero con la incertidumbre de si China lo había hecho para desplomar el mercado bursátil mundial y levantar el yuan (moneda china) o tenía realmente un poderoso mecanismo que la conduciría en un corto período a "dominar" el planeta.
Reacción en Washington
Lo que sí provocó fue la reacción inmediata del presidente Donald J. Trump, quien comenzó a captar volúmenes de inversiones impresionantes y sin precedentes, por encima de los 3 billones (trillions), para el desarrollo acelerado de Estados Unidos en inteligencia artificial y la fabricación diversificada y ampliada de “chips” (semiconductores) de alta generación, que se utilizan actualmente en casi todos los sectores de cualquier economía industrializada.
Además de incentivos fiscales del 35% y más de 280.000 millones de dólares mediante la “Ley CHIPS” para que las empresas de semiconductores fabriquen en EEUU, la “Ley One Big Beautiful Bill Act” termina de desregular la fabricación y desarrollo de la Inteligencia Artificial en el país y agrega cientos de miles de millones de dólares para ese propósito.
Por errores en política exterior de gobiernos anteriores en los últimos 20 años, EEUU cedió su posición de principal fabricante de semiconductores a naciones como Taiwán, Corea del Sur e incluso la propia China. Así ha ocurrido también con más del 70% de las producciones estadounidenses en diversos campos económicos y hasta en el terreno militar, dando posibilidades al Partido Comunista chino de robar derecho intelectual y tecnología estadounidenses.
“La competencia tecnológica entre Estados Unidos y la República Popular China (RPC) constituye hoy una amenaza estratégica directa para nuestra seguridad nacional y nuestra economía. La RPC ha priorizado de manera sistemática la adquisición de tecnologías avanzadas en Inteligencia Artificial, semiconductores, ciberseguridad y sistemas autónomos con fines militares y de vigilancia masiva. Este objetivo no es neutral: busca superar y eventualmente desplazar a Estados Unidos como líder global en sectores críticos”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS el Dr. Rafael Marrero, Economista Jefe, Fundador y presidente ejecutivo (CEO) de Miami Strategic Intelligence Institute (MSI²).
Marrero confirmó que “el FBI y la comunidad de inteligencia estadounidense han documentado de manera consistente casos de robo sistemático de propiedad intelectual (IP) por parte del Partido Comunista Chino (PCCh), afectando desde empresas de alta tecnología hasta investigación universitaria”.
“De manera particular, instituciones académicas de primer nivel como Stanford University, alma mater de este servidor, han sido blanco de espionaje por parte de agentes vinculados a la RPC debido a su papel central en el desarrollo de inteligencia artificial y tecnologías avanzadas para el gobierno estadounidense”.
“El reciente escándalo de espionaje en Stanford ilustra de manera clara cómo la RPC dirige sus operaciones hacia los centros de innovación más estratégicos de Estados Unidos”, explicó el experto, economista e investigador especializado en el tema EEUU-China.
“Según informes del FBI y del National Counterintelligence and Security Center (NCSC), estas operaciones de espionaje económico representan pérdidas estimadas en más de $600.000 millones anuales para la economía estadounidense, afectando empleos, innovación y liderazgo tecnológico”, puntualizó.
Opulentas inversiones
Los efectos de la pandemia o “Plandemia” de COVID-19 indicaron las graves consecuencias de políticas basadas en la voluntad de ayudar al mundo y descentralizar recursos y producciones de EEUU, al tiempo que China ganaba terreno centralizando aún más sus estrategias a corto y mediano plazo en aras de crear un mundo dependiente de sus producciones.
Nvidia, que se convirtió en julio en la primera empresa estadounidense en superar los 4 billones (trillions) de valor bursátil, e Intel ya han recibido jugosos contratos del gobierno federal junto a inversiones extranjeras para impulsar la [fabricación de “chips”] e [infraestructura] para la Inteligencia Artificial.
El 12 de agosto Trump se reunió en la Casa Blanca con el director de Intel, Lip-Bu Tan.
"La reunión fue muy interesante", escribió Trump en Truth Social, lo que hizo disparar las acciones del fabricante de semiconductores en casi un 7%.
Escasas semanas atrás, el 15 de julio, Trump asistió a la inauguración de la Cumbre de Energía e Innovación de Pennsylvania en la Universidad Carnegie Mellon. Allí su discurso estuvo centrado en la necesidad de vencer a China en la competencia por la IA.
"Los acuerdos de hoy aseguran que el futuro se creará (...) aquí mismo en Pennsylvania, en Pittsburgh, y tengo que decir, aquí mismo en Estados Unidos", dijo Trump en el evento donde se anunció una inversión directa de 92.000 millones de dólares en la inteligencia artificial.
Entre las inversiones anunciadas, Google comprometió 25.000 millones para construir centros de datos listos para IA en Pensilvania y regiones circundantes.
"Apoyamos la dirección clara y urgente del presidente Trump de que nuestra nación invierta en IA (...) para que Estados Unidos pueda seguir de líder", dijo Ruth Porat, presidenta y directora de inversiones de Google.
El gigante estadounidense también informó de la asociación con Brookfield Asset Management para modernizar dos instalaciones hidroeléctricas en Pennsylvania, que representan 670 MW de capacidad en la red regional.
La insaciable sed inversionista que ha creado este nuevo campo de la tecnología en EEUU es tan grande que la empresa de inteligencia artificial Perplexity AI acaba de ofrecer a Google 34.500 millones de dólares por su popular navegador Chrome, que el gigante de internet podría verse obligado a vender como parte de un proceso antimonopolio.
Insaciable sed inversionista
La astronómica suma propuesta en una carta de intención por parte de Perplexity es casi el doble del valor de esa empresa, que alcanzó los 18.000 millones de dólares en una reciente ronda de inversión.
"Esta oferta está diseñada para satisfacer una solución antimonopolio en el más alto interés público, al colocar a Chrome con un operador calificado e independiente enfocado en la continuidad, la apertura y la protección del consumidor", dijo en la misiva el director ejecutivo de Perplexity, Aravind Srinivas.
"Estamos construyendo redes informáticas de varios gigavatios de potencia", se congratuló en un mensaje publicado en sus redes sociales Facebook y Threads el presidente ejecutivo de Meta Mark Zuckerberg.
"La primera (red informática), que llamamos Prometheus, entrará en línea en 2026. También estamos construyendo Hyperion, que podrá alcanzar una capacidad de 5 gigavatios a lo largo de los años", indicó Zuckerberg.
A mediados de junio, Meta desembolsó más de 14.000 millones de dólares para adquirir el 49% del capital de Scale AI, especializada en preparar los datos utilizados para desarrollar modelos de IA.
Según el jefe de OpenAI, Sam Altman, Meta también ofreció un bono de más de 100 millones de dólares por contrato a "muchos" empleados de OpenAI y un monto similar en salario anual.
Zuckerberg confirmó que al menos siete de ellos se habían unido a la empresa, así como el director general de Scale AI, Alexandr Wang, y varios integrantes de la plantilla de sus rivales Anthropic y Google.
Infraestructura y medidas
Por otra parte, el grupo inversor Blackstone prometió más de 25.000 millones de dólares para financiar nuevos centros de datos e infraestructura energética.
"Estamos muy por delante de China y las plantas están empezando a funcionar, la construcción está comenzando", expresó de su lado Trump.
Y es que la IA generativa requiere una enorme potencia de cómputo, principalmente para los procesadores de Nvidia, voraces en energía.
El presidente lanzó el proyecto "Stargate" en enero, destinado a invertir hasta 500.000 millones en infraestructura de IA en Estados Unidos, en respuesta clara a la creciente competencia con China.
El banco de inversiones japonés SoftBank, el creador de ChatGPT, OpenAI, y Oracle invierten en estos momentos 100.000 millones en la fase inicial de esta iniciativa.
De acuerdo con Jonathan Gray, presidente ejecutivo de la empresa estadounidense de gestión de activos BlackStone, en los próximos años el monto destinado a la Inteligencia Artificial llegará al billón (trillion) de dólares por parte de EEUU y otro billón en el resto del mundo.
Para 2028 las compañías tecnológicas necesitarán hasta 5 gigavatios de potencia para impulsar la IA, suficiente para alimentar aproximadamente cinco millones de hogares. Por tal razón, en ese encuentro también participaron altos ejecutivos de Palantir, Anthropic, Exxon y Chevron.
Según las previsiones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la infraestructura para el desarrollo de la Inteligencia Artificial representará un 3% de las necesidades mundiales de electricidad antes del 2030, el doble de la proporción actual.
Eliminación de restricciones
Gran parte de las inversiones -en las que el presidente Trump ha sido el protagonista- se dirigirán a la infraestructura que requiere el auge de la inteligencia artificial con el objetivo de generar la energía eléctrica necesaria para la IA.
Como afirma un artículo publicado en Diario las Américas sobre Inteligencia Artificial, la Casa Blanca comenzó por actuar sobre tres puntos centrales:
La eliminación de la burocracia y la regulación a grandes inversiones que frenan la innovación y otorga ventaja competitiva a los rivales. La revocación de órdenes ejecutivas de la administración de Joe Biden consideradas restrictivas o cautelosas sobre la IA y la derogación obstáculos legales para la implementación y el desarrollo de IA, entre los que se encuentra prohibir fondos federales a estados que tengan o creen barreras que frenan el avance en este campo de la tecnología.
Otro de los puntos clave son los nuevos programas para reactivar la fabricación nacional de semiconductores y de esa forma reducir la dependencia de proveedores extranjeros y fortalecer la cadena estadounidense de suministros junto a la ciberseguridad y la producción de energía en una tendencia de sentido común y no de políticas ambientalistas fallidas.
El Dr. Rafael Marrero argumenta que para contrarrestar las amenazas del régimen chino, EEUU ha reforzado regulaciones clave:
- “ITAR (International Traffic in Arms Regulations)”: controla la exportación de artículos, software y tecnología con uso militar, asegurando que no caigan en manos de actores hostiles.
- “Export Administration Regulations (EAR)”: protege tecnologías duales, desde semiconductores hasta software avanzado, estableciendo licencias estrictas para transferencias internacionales.
- “Committee on Foreign Investment in the United States (CFIUS)”: revisa inversiones extranjeras para prevenir adquisiciones que puedan comprometer la seguridad nacional.
“Históricamente, la aplicación de estas regulaciones no fue lo suficientemente rigurosa, por eso hoy su cumplimiento es esencial para proteger nuestra propiedad intelectual, nuestras cadenas de suministro y la ventaja tecnológica estadounidense. Cualquier negligencia facilita que actores hostiles, como el régimen de China adquieran conocimientos puntuales mediante espionaje o adquisiciones indirectas, que comprometen nuestra soberanía económica y defensa nacional”, resaltó Marrero, quien concluyó:
“Una política “America-First” es indispensable: debemos priorizar la inversión en investigación y desarrollo doméstico, la protección de IP, y la restricción de transferencias tecnológicas a actores hostiles. Cada sector crítico —desde manufactura avanzada hasta inteligencia artificial— requiere supervisión rigurosa y coordinación inmediata con las agencias federales correspondientes. Solo así Estados Unidos mantendrá su liderazgo global, protegiendo su seguridad, innovación y prosperidad económica frente a la agresión estratégica de la RPC”.
Pasos firmes
La herramienta Global Vibrancy Tool 2024 del Instituto de Stanford para IA Centrada en el Ser Humano demuestra que EEUU es el líder mundial de Inteligencia Artificial por un amplio margen, seguido por China y el Reino Unido.
Todo lo anterior refleja que la administración Trump da pasos firmes y con anticipación al resto del mundo, con el objetivo de asegurar la supremacía de EEUU.
Cuando muchos creyeron o lanzaron campañas entre medios de prensa liberales sobre que ya China, incluso, había destronado a EEUU no midieron el salto que estaba por dar Washington con un nuevo gobierno, que por un lado impulsa las necesarias fuentes tradicionales de energía y por el otro y al unísono dinamiza el desarrollo tecnológico como ningún otro gobierno.
Pero las acciones de la Casa Blanca no quedan ahí. También saca provecho financiero para las arcas del país.
Ahora, el gigante de los semiconductores Nvidia pagará al gobierno federal el 15% de sus ingresos por ventas de algunos chips de inteligencia artificial a China.
El Presidente indicó que para revertir las restricciones actuales, acordó con Nvidia un mecanismo de pago. "Si voy a hacer esto, quiero que paguen también al país. Se les dio una autorización, pero sólo para el H20".
La compañía, con sede en California, produce algunos de los semiconductores más avanzados del mundo, pero no tiene autorización para enviar sus “chips” más innovadores a China, por razones de seguridad nacional y ante las reales preocupaciones de que Pekín pueda utilizarlos para mejorar sus capacidades militares.
Nvidia desarrolló el H20, una versión menos potente de sus unidades de procesamiento para IA, específicamente para exportar a China.
Acciones monopólicas de China
Los inversionistas apuestan a que la IA transformará la economía global, de ahí la importancia de las decisiones de Trump en un momento crucial para el destino de EEUU.
AMD, con sede en Silicon Valley, también pagará el 15% de sus ingresos por las ventas en China de sus chips MI308, que anteriormente se le prohibió exportar al país asiático, según medios estadounidenses.
¿Representa esto una claudicación de Washington? No. La Casa Blanca ha incrementado la vigilancia y el control sobre las acciones monopólicas de China y sus estrategias geopolíticas, pero tampoco puede asfixiar al “dragón”, debido a que depende de producciones vitales desde el otro lado del Atlántico.
Es decir, Trump emplea una postura de rigor con China, pero a la vez con la flexibilidad necesaria de Washington para lograr sus objetivos.
Un arancel del 100% sobre importaciones de semiconductores entró en vigor el 7 de agosto, con excepciones para empresas tecnológicas que anuncien grandes inversiones en Estados Unidos, una de las grandes presiones y estrategias de Trump mediante los aranceles.
"Nvidia y AMD aceptaron las exigencias del gobierno estadounidense del 15% de sus ventas en China a cambio de las licencias para exportación, que valen oro", resumió Stephen Innes, analista de SPI AM.
FUENTE: Bussines Insider, Reuter, BBC, The Wall Street Journal, Departamento del Tesoro, Fox Bussines