¿Qué tipo de salvavidas sostiene al presidente de la Reserva Federal?

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Desde el comienzo de la pandemia en EEUU en febrero de 2020, Powell enfrentó fuertes críticas por parte del entonces jefe de la Oficina Oval en su primer mandato. Trump lo emplazó con vehemencia en público ante la inmovilidad de lo que se esperaba por el impacto de la crisis sanitaria causada en el mundo por el virus chino.

El presidente estadounidense que recién entraba en su último año del primer período en la Casa Blanca emplazó a Powell a llevar las tasas de interés al 0% y emprender con urgencia un paquete de medidas necesarias que evitaron una catástrofe económica. También Trump puso en evidencia pública la lentitud o falta de visión del guía de la Junta de Gobernadores de la Fed.

Desde ese momento, el jefe del Banco Central marcó a Trump como su “enemigo jurado”, el mismo que lo había designado para el puesto al frente de la Fed en el 2017, sin saber quizás a profundidad las características reales de operatividad del banquero.

Su recomendación estuvo avalada por su desempeño como secretario Adjunto y Subsecretario del Departamento del Tesoro durante la presidencia de George H. W. Bush.

La constante presión de Trump, desde su arribo a la Presidencia, para la renuncia de Powell, las peticiones de dimisión de republicanos en el Congreso en Washington y la carta reciente de la representante federal por Florida, Anna Paulina Luna, al Departamento de Justicia para que Powell enfrente cargos penales por mentir, no han podido derribar la voluntad del director de la Fed de mantenerse contra viento y marea en el poder y continuar siendo un sustancial estorbo para el trabajo y el programa económico de la actual administración.

Ante la Justicia

Trump manifestó ante medios de prensa que estudia la posibilidad de poner a Powell frente a la justicia.

Luna, representante del distrito 13, acusa a Powell de dos casos concretos en los que mintió al Congreso: la costosa y lujosa renovación del edificio federal en Washington que alberga a la institución y de tergiversar informes de mantenimiento de la sólida estructura.

"El 25 de junio de 2025, Powell prestó juramento ante la Comisión de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado de EEUU sobre la renovación del edificio Eccles de la Reserva Federal. En sus declaraciones, hizo varias afirmaciones materialmente falsas", afirma la carta de Luna enviada al Departamento de Justicia, que dirige Pam Bondi.

Concretamente, le acusó de mentir sobre los lujosos servicios del edificio Eccles de la Reserva Federal y de tergiversar su estado de conservación.

El tema se convirtió en un escándalo después de que Powell lleva casi un año bajo la lupa del entonces candidato presidencial republicano y luego vencedor luego de las elecciones presidenciales en noviembre de 2024.

El perjurio, si se presentan cargos federales y se condena, puede castigarse con hasta cinco años de prisión, además de multas.

"Considero permitir que se inicie una “importante demanda contra Powell” debido a su trabajo incompetente en la gestión de la construcción de los edificios de la Reserva Federal", escribió Trump en su plataforma Truth Social.

La visita a finales de julio a la sede de la Fed mostró al presidente Trump y Powell, uno junto al otro, con cascos de seguridad y rodeados de andamios de construcción.

Powell negó con la cabeza cuando Trump le mostró un documento que indicaba que el costo de las renovaciones había ascendido a 3.100 millones de dólares.

"Tres mil millones de dólares por un trabajo que debía haber costado [50 millones de dólares]", precisó Trump.

"Jerome 'Demasiado Tarde' Powell debe bajar las tasas (...) El daño que ha causado al llegar siempre demasiado tarde es incalculable", añadió el mandatario.

¿Sed de venganza?

Hay varios análisis posibles, pero dentro de ellos cohabitan tres indicios principales: O Powell es un hombre muy empecinado y caprichoso; se ha quedado para cumplir una misión contra Trump frente al repudio generalizado de los republicanos en Washington o quiere saciar una supuesta sed de venganza, luego de los fuertes cuestionamientos y el rechazo del mandatario sobre su trabajo profesional.

Lo cierto es que el presidente de la Reserva Federal sigue ahí, con oídos sordos y con la misma indiferencia y pasividad que le ha caracterizado. Sigue con el rostro en sentido contrario frente a las exigencias de la Casa Blanca sobre la reducción de las tasas de interés y cuando los datos de inflación se mantienen sin los “cambios negativos pronosticados” por algunos economistas, casi todos de tendencia liberal, bajo la nueva política de aranceles de Washington.

Powell fue aprobado por el Senado de Estados Unidos para dirigir la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal. El 23 de mayo de 2022 juró su segundo mandato, luego de ser designado por Joe Biden, si es que realmente fue él.

Antes de unirse a la administración Bush, trabajó como abogado y banquero de inversiones en la ciudad de Nueva York. Es graduado en Ciencias políticas en la Universidad de Princeton en 1975 y obtuvo el título de abogado de la Universidad de Georgetown en 1979.

Años previos a su primer nombramiento para dirigir la Reserva Federal fue profesor visitante en el Centro de Política Bipartidista en Washington D.C. e impartió conferencias sobre cuestiones fiscales estatales y federales.

Junto a la secretaria del Tesoro en la administración Biden, Janet Yellen, el presidente del Banco Central permitió que el nivel inflacionario en EEUU fuera el peor en los últimos 50 años.

Historial de errores

Más del 80% de los índices económicos registraban cifras negativas récord como el déficit presupuestario, la deuda pública, el desplome de las ventas de viviendas mes tras mes de forma consecutiva en un período superior a los tres años; la escalada de precios sin control por casi tres años; la contracción de la actividad manufacturera por dos años y medio, la crisis bancaria con la quiebra de cuatro importantes bancos y el cierre de miles de locales y servicios de grandes y medianas compañías en todo el país, entre otros.

En ese entonces, los medios de prensa y economistas alineados a la Casa Blanca se referían a una “economía sólida” y “políticas económicas acertadas”, mientras la realidad y las estadísticas iban en dirección opuesta.

En un informe dado a conocer el 12 de agosto por el Departamento de Trabajo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en 2,67% en julio en comparación con el 2.35% del mes anterior y el 2,97 del año pasado, lo cual indica que la inflación lejos de aumentar se ha reducido.

Al excluir los segmentos volátiles de energía y alimentos, la inflación subyacente, referencia para analistas, apenas subió un 0,3% en julio respecto al mes anterior.

La inflación anual subyacente registró un 2,9% en comparación con el 2,8% del mes anterior, un dato que confirma la tendencia estable.

La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), responsable de calcular el índice IPC, está sacudida por las intervenciones directas del Presidente y bajo la lupa de sus asesores económicos, quienes consideran que durante la administración Biden, o quienes la dirigían, hubo graves manipulaciones y encubrimiento de estadísticas negativas para favorecer la gestión de los demócratas; y ahora ocurre algo similar, pero en dirección opuesta para crear el caos.

Trump nombró el lunes 11 de agosto a E.J. Antoni, un reconocido economista, como jefe de la BLS, casi dos semanas después de haber destituido a su directora rectificaciones muy sospechosas en cifras de empleo, que indicaron un supuesto deterioro del mercado laboral en el segundo trimestre del año.

"Nuestra economía está creciendo y E.J. se asegurará de que las cifras entregadas sean HONESTAS y PRECISAS", escribió en mayúsculas el mandatario en su plataforma Truth Social.

Antoni, encargado de asuntos económicos en la conservadora Heritage Foundation, tiene un extenso currículum y ha publicado varios artículos favorables a las políticas económicas del presidente Trump.

Pronósticos fallidos

Decenas de millones de estadounidenses y republicanos del Congreso percibieron en los últimos dos años del gobierno de Biden, con una agenda de extrema izquierda, que los datos no coincidían con la realidad.

Trabajadores, jubilados y diferentes sectores sociales fueron impactados desde mediados de 2021 por la escalada de precios y otros problemas que se agudizaron en pocos meses por las medidas económicas fallidas. Mientras, la Casa Blanca justificaba su gestión, criticaba a los conservadores por presunta desinformación y la prensa de izquierda evadía los cuestionamientos, creaba estados de opinión falsos y tapaba errores.

Tras el aplastante triunfo electoral de Trump y los republicanos, los medios de prensa siguen su alianza con la ultraizquierda y arrecian sus ataques contra los conservadores y la Presidencia desde el primer día.

Las previsiones iniciales acerca de las políticas económicas del presidente Trump, en especial los aranceles, señalaron “una recesión segura”. Nunca ocurrió.

Ahora, los analistas anexados a la tendencia izquierdista se mantienen en alerta, porque supuestamente en cualquier momento “habrá una escalada inflacionaria” en medio de un “caos generalizado creado por Trump”. Así afirman desde hace más de 16 semanas. Tampoco ha llegado esa crisis, después de cuatro meses de imposición de aranceles a decenas de socios comerciales con el 50% a productos estratégicos como el acero, el aluminio y renglones dentro de la industria automotriz.

Por ese concepto, el país ha recaudado en menos de cuatro meses más de 120.000 millones de dólares, pero algunos expertos continúan con su alarmismo y a la espera del impacto funesto en los precios a causa de los aranceles.

Fusión del Departamento del Tesoro con la Reserva Federal

La narrativa sigue y también Powell, que en la última reunión de la Fed a finales de julio volvió a proponer a la junta de la Reserva Federal mantener las tasas en igual rango de 4,25% y 4,50%, con el voto contrario de dos gobernadores, algo que no había ocurrido antes.

En realidad, Trump busca fusionar -como era a principios del siglo XX- el Departamento del Tesoro con el Banco Central.

Tiene poco sentido, como ocurre ahora, que la dirección de una entidad federal financiera vaya en sentido opuesto o beligerante respecto a la otra, cuando ambas tienen la misma misión: custodiar, gestionar y desarrollar el sistema financiero de EEUU.

Powell, uno de los doce miembros del comité de tasas de interés de la Reserva Federal, debe presidir la institución hasta mayo de 2026, pero podría permanecer como gobernador durante más tiempo, hasta enero de 2028.

De forma sorpresiva y sin conocer aún los motivos, la gobernadora demócrata de la Fed designada por Joe Biden en 2023, Adriana Kugler, renunció a su puesto en la Junta. Su mandato expiraba en enero de 2026.

Trump reaccionó complacido ante la dimisión y como se espera el puesto lo asumirá ahora un conservador propuesto por el Presidente.

Los recientes datos sobre inflación inyectan mayor presión a la Fed para reiniciar el descenso de tasas, al menos eso esperan los inversionistas en el mercado bursátil. Tras la publicación de las estadísticas, Wall Street reaccionó con notable optimismo ante esa posibilidad.

Trump busca dinamizar aún más la economía EEUU y terminar el proceso de de eliminación de las restricciones en préstamos y a los bancos impuestas por el gobierno anterior, luego de la crisis bancaria en el primer semestre de 2023.

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FUENTE: Con información de AFP, Informes de la Reserva Federal, The Economist, Yahoo Noticias, Business Insider.

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