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El doctor Salvador Plasencia enfrenta hasta 40 años de prisión tras admitir que vendió ketamina al actor Matthew Perry semanas antes de su muerte. (LinkedIn)El médico californiano Salvador Plasencia acordó declararse culpable por la distribución ilegal de ketamina, droga que habría suministrado al actor Matthew Perry en el último mes de su vida, según informaron fiscales federales este lunes 16 de junio.
El acuerdo implica la aceptación de cuatro cargos de distribución de sustancias controladas y contempla una pena máxima de 40 años de prisión.
El caso forma parte de una investigación federal que identificó a cinco personas involucradas en la obtención y venta de ketamina a Perry, actor conocido mundialmente por su papel como Chandler Bing en la serie Friends.
La muerte del actor, ocurrida el 28 de octubre de 2023, fue atribuida a una sobredosis de esta droga, utilizada en tratamientos psiquiátricos experimentales pero con alto potencial de abuso.
Matthew Perry murió el 28 de octubre de 2023 a los 54 años; el forense determinó que la causa principal fue una sobredosis de ketamina. (REUTERS/Mario Anzuoni)Las autoridades sostienen que el actor, de 54 años, accedía inicialmente a ketamina de forma legal bajo supervisión médica como parte de un tratamiento alternativo contra la depresión, una práctica “off-label” cada vez más común. No obstante, al no recibir la cantidad deseada por parte de su médico regular, habría buscado otros proveedores.
En septiembre de 2023, Matthew Perry contactó a Plasencia, quien presuntamente solicitó a otro médico, Mark Chavez, que obtuviera la droga. Según los documentos judiciales, ambos se reunieron en Costa Mesa, una ciudad ubicada entre Santa Mónica y San Diego, donde se habría realizado la entrega de al menos cuatro viales de ketamina.
El intercambio fue documentado por los fiscales con mensajes de texto. En uno de ellos, Plasencia se refiere al actor con desprecio: “Me pregunto cuánto pagará este idiota”. Poco después, el médico vendió la sustancia a Perry por 4.500 dólares y sugirió seguir suministrándole más droga para convertirse en su “proveedor de confianza”, según la acusación federal.
La ketamina fue adquirida por Perry por USD 4.500, según documentos judiciales. (Tribunal De Distrito de EE.UU. para el distrito central de California/REUTERS)Si bien Plasencia habría sido quien abasteció a Perry durante semanas, los fiscales apuntan que fue Jasmine Sangha, una presunta traficante de drogas, quien le entregó la dosis fatal.
A diferencia de los otros cuatro implicados en el caso —incluido otro médico, ya colaborando con la justicia— Sangha es la única que se ha declarado no culpable y mantiene su decisión de ir a juicio, previsto para agosto.
Los documentos del caso no solo acusan a Plasencia de prácticas ilegales, sino que también muestran un patrón de negligencia y beneficio económico a costa de un paciente con antecedentes de adicciones.
La trayectoria de Perry en este terreno era conocida desde su etapa como estrella de Friends, emitida por NBC entre 1994 y 2004, donde compartió pantalla con Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc y David Schwimmer.
Perry utilizaba ketamina legalmente con fines terapéuticos, pero en las semanas previas a su muerte buscó dosis adicionales fuera de control médico. (Willy Sanjuan/Invision/AP)La ketamina, originalmente desarrollada como anestésico, ha sido investigada en los últimos años por su potencial en el tratamiento de trastornos mentales resistentes a los medicamentos tradicionales, incluyendo la depresión severa y pensamientos suicidas.
Aunque su uso médico está aprobado, su administración para fines psiquiátricos sigue siendo considerada fuera de etiqueta, y su manejo debe realizarse bajo estricta vigilancia clínica.
La popularidad creciente de este tipo de terapias ha generado alertas entre especialistas y autoridades sanitarias, especialmente por el aumento de casos de consumo no regulado y el surgimiento de proveedores ilegales que explotan esta demanda en expansión.
En ese contexto, el caso Matthew Perry ha generado preocupación entre médicos y legisladores sobre los controles en torno al uso de sustancias de alto riesgo y la posibilidad de que figuras públicas accedan a tratamientos por vías paralelas sin seguimiento adecuado.
La ketamina se utiliza legalmente en EE.UU. como anestésico, pero su uso para tratar la depresión es considerado “off-label” y no está regulado por la FDA. (Imagen ilustrativa Infobae)El acuerdo de culpabilidad firmado por Plasencia no especifica aún la fecha de la audiencia en la que formalizará su declaración ante el juez, aunque se espera que ocurra en las próximas semanas.
La pena máxima a la que se enfrenta es de 40 años, aunque la sentencia final podría variar en función de su grado de colaboración y otros factores legales.
El Departamento de Justicia confirmó que las investigaciones continúan y que el caso sigue abierto a nuevas acciones judiciales. Mientras tanto, la opinión pública sigue atenta al proceso judicial que busca esclarecer cómo un tratamiento médico experimental terminó en tragedia.
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