
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos lanzó una advertencia formal dirigida a bancos, corredores de bolsa y otras entidades financieras para que intensifiquen su vigilancia ante posibles redes de lavado de dinero operadas desde China que estarían alimentando la crisis del fentanilo en comunidades estadounidenses.
El aviso —emitido esta jornada— alerta sobre redes de lavado de dinero chinas que colaboran con cárteles mexicanos. El informe se basa en un análisis de más de 137.000 reportes de actividad sospechosa entre enero de 2020 y diciembre de 2024, que totalizan aproximadamente 312.000 millones de dólares en transacciones irregulares.
El Tesoro identificó como potencialmente sospechosos a ciudadanos chinos con “riqueza inexplicada”, entre ellos estudiantes, jubilados y amas de casa, así como a quienes se niegan a justificar el origen de sus fondos. Según las autoridades, podrían estar colaborando —consciente o inconscientemente— con redes ilícitas que buscan eludir los controles cambiarios en China.
La explicación del Tesoro señala que las restricciones impuestas por Beijing sobre la conversión anual de divisas —en torno a los 50.000 dólares— han llevado a muchas personas a recurrir a “bancos clandestinos”, donde su dinero se convierte en dólares, alimentando circuitos financieros paralelos.
Paralelamente, la Red para el Control de Delitos Financieros (FinCEN) difundió un análisis que revela que esas redes chinas están ampliando sus actividades ilícitas, involucrándose también en la trata de personas y en centros de cuidado diurno para adultos mayores en Nueva York, sospechados de servir como vehículos de lavado de dinero.

Además, el informe detalla que en 2024 se descubrió una operación compleja entre el Cártel de Sinaloa y redes clandestinas chinas en Estados Unidos, que habría lavado 50 millones de dólares obtenidos con la venta de fentanilo, cocaína y otras drogas.
El anuncio se produce en un contexto político particular. Mientras el gobierno demanda mayor control financiero, el presidente Donald Trump afirmó esta semana que permitirá la entrada de 600.000 estudiantes chinos a universidades estadounidenses. “Escucho tantas historias sobre ‘No admitiremos a sus estudiantes’, pero vamos a permitir que sus estudiantes ingresen. Es muy importante —600.000 estudiantes”, dijo Trump desde la Oficina Oval.
El Tesoro fue más allá del comunicado: emitió una Asesoría oficial (Advisory FIN-2025-A003) con pautas claras para que las instituciones financieras identifiquen señales de alerta típicas de las redes chinas de lavado, como el uso de pasaportes chinos, inconsistencias en los ingresos declarados, uso de mulas de dinero, operaciones de comercio ficticio y adquisición de bienes inmuebles mediante empresas fachada.
En ese documento, el subsecretario de Contraterrorismo e Inteligencia Financiera, John K. Hurley, afirmó: “Las redes de lavado de dinero vinculadas a titulares de pasaportes de la República Popular China permiten a los cárteles envenenar a los estadounidenses con fentanilo, dedicarse a la trata de personas y causar estragos en comunidades de todo nuestro país”.
Por su parte, Andrea Gacki, directora de FinCEN, subrayó: “Las redes chinas de lavado de dinero son globales y generalizadas, y deben ser desmanteladas”.
El informe también destaca que estas redes operan de forma fragmentada, usando relaciones de confianza más que una estructura jerárquica. Reclutan mulas, corredores de dinero y falsificadores de documentos entre la diáspora china, y en ocasiones infiltran empleados dentro de instituciones financieras para facilitar operaciones internas.

Otras cifras ilustran la dimensión del problema: fueron 17.389 los reportes relacionados con bienes raíces, por más de 53.700 millones de dólares; 1.675 informes aluden a trata de personas o tráfico; y 43 reportes por un monto de 766 millones de dólares están vinculados a centros de cuidado para ancianos.
Este escenario no se limita al fentanilo. En abril, el análisis de tendencias financieras de FinCEN documentó cómo México y China figuran entre los principales orígenes extranjeros en reportes relacionados con finanzas ilícitas vinculadas a la cadena del fentanilo. También alertó sobre la inserción de productos químicos provenientes de China utilizados en la fabricación de opioides sintéticos.
El contexto legal también ha evolucionado. En junio de 2025, FinCEN impuso sanciones contra tres instituciones financieras mexicanas —CIBanco, Intercam Banco y Vector Casa de Bolsa— calificadas como “preocupación principal en lavado de dinero” bajo la nueva autoridad de la Ley de Sanciones por Fentanilo. Esas medidas prohíben a entidades estadounidenses realizar transacciones con dichas instituciones.
En su conjunto, estas acciones del Tesoro y de FinCEN constituyen un intento coordinado por blindar el sistema financiero estadounidense. Buscan cerrar rutas de lavado de dinero que vinculan la venta de fentanilo con redes sofisticadas que operan a través de fronteras, utilizando recursos legales y tecnológicos para encubrir sus flujos.
Este llamado a la vigilancia bancaria se enmarca en una estrategia más amplia del gobierno Trump, que combina sanciones financieras, designaciones de grupos criminales como organizaciones terroristas, control migratorio y presión diplomática, todo bajo la premisa de enfrentar un flagelo que causa decenas de miles de muertes por sobredosis anualmente en Estados Unidos.