Estudio psicológico revela qué significa olvidar el nombre de las personas

hace 1 día 5

Olvidar el nombre de una persona justo después de haberla conocido no solo se trata de una experiencia incómoda o un descuido, también es un fenómeno estudiado por la psicología desde hace décadas.

En una reunión social, un encuentro inesperado o incluso en un entorno profesional, olvidar el nombre de alguien puede generar incomodidad y frustración. Sin embargo, es un fenómeno más común de lo que imaginamos.

Aunque pueda parecer un problema de memoria, investigaciones científicas demuestran que este olvido tiene más que ver con el funcionamiento estructural de nuestro cerebro que con una falta de atención.

Esta situación la han experimentado la mayoría de las personas alguna vez en la vida, resultando incómodo reencontrarse con esa persona y no recordar su nombre. Es un olvido más común de lo que se cree, pero puede generar confusión y ansiedad.

Qué dice la psicología

Desde el punto de vista psicológico, este fenómeno va más allá de una simple falta de atención. El cerebro almacena una serie de datos al momento de conocer a alguien, desde características de esa persona, hasta su nombre.

Pero, debido a la sobrecarga de información que existe en ese momento, sumado a los datos que se almacenan diariamente, es frecuente que el cerebro dé prioridad a lo que considera más importante, llevando a segundo plano información como el nombre.

Esta situación lleva a muchas personas a pensar que su memoria está fallando o creer que no tiene interés por los demás. Sin embargo, los expertos han revelado la manera en la que el cerebro procesa la información y la importancia emocional que le damos a ciertos datos.

 “La memoria de los nombres propios funciona de manera distinta a la de otros tipos de información”, indicó David Ludden, profesor de psicología de Georgia Gwinnett College, detallando que los nombres no suelen tener una conexión lógica con lo persona, lo que dificulta su retención en un primer momento.

Por el contrario, cuando se conoce a alguien, el cerebro guarda varios datos a la vez: rostro, tono de voz, actitud, y entre todo eso, el nombre. Pero si ese nombre no se utiliza repetidamente o no se enlaza con algún rasgo distintivo —como una característica física o una situación particular— es más probable que pase a un segundo plano.

Olvidarse el nombre de alguien no es una señal de deterioro cognitivo ni debe vivirse como una falla personal. Al contrario, es una expresión normal del modo en que funciona nuestra memoria episódica y verbal. Cuanto menos se usa un dato, menos espacio ocupa en el archivo mental.

Reforzar ese vínculo nombre-persona desde el primer encuentro puede ayudar a su retención. También existen técnicas como repetir el nombre en voz alta, asociarlo con una imagen o contexto específico, o vincularlo a otra persona conocida, para mejorar la retención.

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