
Naciones Unidas exigió este lunes llevar a cabo “investigaciones prontas, exhaustivas y transparentes” sobre las presuntas violaciones de derechos humanos registradas durante las protestas en Indonesia, que hasta ahora han dejado seis muertos.
“Seguimos de cerca la oleada de violencia en Indonesia en el contexto de las protestas nacionales contra las asignaciones parlamentarias, las medidas de austeridad y el presunto uso de fuerza innecesaria o desproporcionada por parte de las fuerzas de seguridad”, declaró la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani.
La funcionaria enfatizó que las autoridades deben garantizar los derechos de reunión pacífica y libertad de expresión, al tiempo que mantienen el orden conforme a los estándares internacionales.
“Todas las fuerzas de seguridad, incluidas las militares cuando se despliegan en funciones de aplicación de la ley, deben cumplir con los principios básicos sobre el uso de la fuerza y de armas de fuego por parte de los agentes del orden”, recordó Shamdasani.
Asimismo, destacó “la importancia del diálogo para abordar las preocupaciones de la ciudadanía” y subrayó que “es importante” permitir a los medios de comunicación informar con libertad e independencia sobre los acontecimientos.

La indignación pública surgió tras conocerse que los 580 miembros de la Cámara de Representantes reciben un subsidio de vivienda mensual de 50 millones de rupias (3.075 dólares), además de sus salarios. El beneficio, introducido el año pasado, es casi diez veces el salario mínimo en Yakarta.
Los críticos consideran que el subsidio es excesivo e insensible, especialmente en un momento de creciente costo de vida, impuestos y desempleo.
Los enfrentamientos entre la policía antidisturbios y manifestantes que lanzaban piedras comenzaron la semana pasada en la capital y se extendieron rápidamente más allá de Yakarta. En varias ciudades, manifestantes incendiaron edificios de parlamentos regionales, sedes policiales y dañaron infraestructuras, en disturbios que incluyeron saqueos y quema de vehículos.
El presidente Prabowo Subianto ordenó el domingo a las fuerzas de seguridad “tomar medidas firmes contra las protestas”.
“Hay indicios de actos ilícitos, que incluso pueden llegar a la traición y al terrorismo”, declaró. “He ordenado a la policía y al ejército que actúen con la mayor firmeza posible contra la destrucción de instalaciones públicas y el saqueo de viviendas y centros económicos, conforme a la ley”. El presidente canceló un viaje de alto perfil a China para asistir al Desfile del Día de la Victoria en Beijing, citando la escalada de protestas.
Las protestas se intensificaron tras la muerte de Affan Kurniawan, un conductor de transporte de 21 años. Según testigos, un vehículo blindado de la Brigada Móvil de la Policía Nacional atropelló a una multitud, incluyendo a Kurniawan, quién estaba completando un pedido de entrega de alimentos cuando se vio envuelto en el enfrentamiento.
El viernes por la noche, una multitud enfurecida incendió el edificio del parlamento local en Makassar, en la isla de Célebes, dejando a varias personas atrapadas en el incendio. Tres personas murieron y otras cinco fueron hospitalizadas. En otro disturbio en la ciudad, un hombre, presuntamente agente de inteligencia policial disfrazado de repartidor, fue asesinado a golpes por una turba.
Además, un estudiante universitario falleció en Yogyakarta tras enfrentamientos con la policía. En Solo, Java Central, murió un conductor de bicitaxi de 60 años por exposición a gases lacrimógenos. La oficina de salud de Yakarta informó que 469 personas resultaron heridas, incluidas 97 hospitalizadas.

Subianto visitó a 14 agentes y tres civiles que aún reciben tratamiento y declaró que la violencia fue alimentada por “alborotadores, no manifestantes”.
“Su intención no es expresar aspiraciones, sino sembrar el caos, perturbar la vida de la gente y sabotear el desarrollo nacional”, afirmó el presidente, prometiendo no ceder ante los responsables de los disturbios.
Tras cinco días de manifestaciones, 1.240 personas fueron detenidas en Yakarta. Los disturbios causaron daños por hasta 55.000 millones de rupias (3,3 millones de dólares), ya que los manifestantes quemaron autobuses y estaciones de metro y dañaron otras infraestructuras, según declaró el gobernador de Yakarta, Pramono Anung. La escalada de violencia llevó incluso a TikTok a suspender voluntariamente su función EN VIVO y varias embajadas emitieron advertencias a sus ciudadanos.
Acompañado por líderes de ocho partidos políticos, Subianto anunció la reducción de privilegios de los legisladores, incluido el controvertido subsidio de vivienda, y la suspensión de sus viajes al extranjero. También ordenó investigar a siete agentes vinculados a la muerte de Kurniawan y prometió apoyo económico a su familia.
El presidente instó al público a expresar sus demandas de manera pacífica, asegurando que sus voces serán escuchadas.
Analistas señalan que las protestas reflejan la frustración pública por dificultades económicas y la insensibilidad de algunos funcionarios. Durante su campaña, Subianto prometió un crecimiento económico del 8% en cinco años, pero la economía de Indonesia se estima que crecerá un 4,8% hasta 2027, lejos de sus objetivos.
(Con información de AP/EP)