Los jefes de Estado Mayor de la OTAN se reunirán para hablar sobre la guerra Rusia-Ucrania

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 Banderas deFOTO DE ARCHIVO: Banderas de los países miembros de la OTAN se ven en la sede de la Alianza en Bruselas, Bélgica, 26 de noviembre de 2019 (REUTERS/Francois Lenoir/Foto de archivo)

La OTAN se prepara para una cita decisiva. Este miércoles, los jefes de Estado Mayor de los ejércitos de las 32 naciones aliadas celebrarán una videoconferencia con un doble propósito: revisar el curso de la guerra en Ucrania y evaluar el avance de los esfuerzos diplomáticos tras las recientes reuniones de alto nivel en Estados Unidos.

El anuncio fue realizado por el almirante Giuseppe Cavo Dragone, presidente del Comité Militar de la OTAN, quien escribió en la red social X: “Moderaré una reunión de los jefes de Estado Mayor de la Defensa de las 32 naciones aliadas”.

El calendario diplomático que antecede a esta cita fue intenso. El viernes pasado, el presidente estadounidense Donald Trump se reunió en Alaska con el líder ruso Vladimir Putin, en un cara a cara que buscó abrir canales de comunicación directa tras más de tres años de guerra. Tres días después, ya en Washington, Trump recibió en la Casa Blanca al presidente ucraniano Volodímir Zelensky acompañado de un grupo de líderes europeos, con el objetivo de explorar un posible marco de negociación para la paz.

La discusión de fondo se centra en qué tipo de garantías pueden ofrecerse a Ucrania para impedir que Rusia vuelva a lanzar una ofensiva en caso de cese al fuego. Según reportó Reuters, Washington ha comenzado a estudiar fórmulas para respaldar a Kiev sin llegar a desplegar tropas estadounidenses en su territorio. “Trump descartó enviar tropas estadounidenses a Ucrania, pero sugirió que Washington podría proporcionar algún tipo de apoyo aéreo”, informó la agencia.

ARCHIVO - Soldados rusos montanARCHIVO - Soldados rusos montan guardia en un muelle en que dos embarcaciones navales ucranianas se encuentran atracadas, en Sebastopol, en la península de Crimea, el 5 de marzo de 2014 (AP Foto, Archivo)

La cuestión de las garantías se aceleró en los últimos días. Fuentes europeas citadas por la prensa aseguraron que Zelensky espera avances concretos en un plazo de diez días, un cronograma que pone presión sobre Bruselas y Washington. En palabras del presidente del Consejo Europeo, António Costa, se trata de otorgar a Ucrania “garantías de seguridad similares al Artículo 5 de la OTAN”, una alusión al principio que estipula que un ataque contra un miembro de la Alianza equivale a un ataque contra todos. Convertir esa cláusula en una promesa real para un país aún ajeno a la Alianza sería un gesto inédito y arriesgado, pero también un poderoso mensaje de disuasión frente a Moscú.

Europa lleva meses trabajando en esa dirección. En marzo, el primer ministro británico Keir Starmer y el presidente francés Emmanuel Macron encabezaron la creación de una “coalición de los dispuestos”, concebida para actuar como garante de seguridad en caso de que se firme un acuerdo. La iniciativa se formalizó en Londres y prevé tanto el envío de tropas como el establecimiento de mecanismos de supervisión internacional. En junio, durante la cumbre de la OTAN en La Haya, los aliados dieron otro paso al comprometerse —con la excepción de España— a elevar su gasto militar al cinco por ciento del PIB antes de 2035, incluyendo el financiamiento directo a la defensa ucraniana.

La arquitectura de seguridad también se apoya en estructuras ya creadas. En julio de 2024, la OTAN lanzó la misión Asistencia y Entrenamiento de Seguridad de la OTAN para Ucrania, con base en Wiesbaden, Alemania, destinada a coordinar la asistencia y el entrenamiento de las fuerzas ucranianas. La misión, bajo el mando del general Alexus Grynkewich, se ha convertido en la columna vertebral de la cooperación militar y su expansión figura en el temario de la reunión de este miércoles.

Soldados ucranianos de la unidadSoldados ucranianos de la unidad de defensa aérea de la 59ª brigada disparan contra drones de ataque rusos en la región de Dnipropetrovsk, Ucrania, el domingo 10 de agosto de 2025 (AP Foto/Evgeniy Maloletka)

El trasfondo geopolítico es aún más complejo. Moscú ha buscado aprovechar la fragmentación occidental y se ha apoyado en aliados estratégicos como China e Irán, cuyo respaldo económico y militar indirecto mantiene vivo el esfuerzo bélico. Beijing, que intenta proyectar una imagen de mediador neutral, ha suministrado tecnología de doble uso y capital a Rusia, mientras Teherán ha proveído drones y municiones. Ambas naciones se benefician del desgaste occidental y apuestan a un escenario en el que Ucrania quede debilitada o parcialmente sometida a la esfera de Moscú.

Frente a este panorama, la reunión de mañana no es meramente técnica. Lo que está en juego es si la OTAN logrará formular un esquema de seguridad capaz de blindar a Ucrania sin abrir una fractura entre Washington y sus aliados europeos. Para Zelensky, la cuestión es existencial: sin compromisos firmes, cualquier alto el fuego corre el riesgo de convertirse en una pausa antes de un nuevo ataque ruso. Para los europeos, es también una cuestión de supervivencia política, pues una Ucrania inestable en su frontera oriental se traduciría en un continente permanentemente vulnerable.

La presión recae ahora sobre Trump. Aunque sus gestos diplomáticos con Putin abren la puerta a una desescalada, sus palabras en Alaska y en Washington no terminan de despejar las dudas sobre la profundidad de su compromiso con Ucrania. “El presidente Trump no quiere una guerra interminable, pero tampoco quiere dejar a Ucrania sin defensas”, señaló un alto funcionario de la Casa Blanca. La fórmula de “apoyo aéreo limitado” genera interrogantes: ¿bastará como disuasión frente a un Kremlin acostumbrado a testear los límites occidentales?

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