El regreso de Y dónde está el policía (The Naked Gun) a la gran pantalla se concreta en 2025 con una nueva versión protagonizada por Liam Neeson, que, según detalla TIME, está repleta de referencias y homenajes a la icónica película de 1988.
Este reboot, dirigido por Akiva Schaffer y escrito junto a Doug Mand y Dan Gregor, no exige haber visto la entrega original para disfrutarlo, aunque recompensa a los seguidores de la saga con numerosos guiños que celebran el legado humorístico de la franquicia.
La nueva Y dónde está el policía mantiene la fidelidad al espíritu de su predecesora. La trama cede espacio a una sucesión constante de chistes visuales, dobles sentidos y situaciones disparatadas. Basada en la serie Police Squad!, conserva la esencia de priorizar la risa sobre la lógica argumental—a rasgo que, como subraya TIME, une ambas entregas y las consolida como referentes del humor absurdo en el cine.
Uno de los principales vínculos entre la versión de 2025 y la original reside en la construcción de sus personajes. Liam Neeson interpreta a Frank Drebin Jr., hijo del mítico Frank Drebin encarnado por Leslie Nielsen. Este recurso de parentesco se traslada a otros miembros de la fuerza policial: Paul Walter Hauser interpreta al Capitán Ed Hocken Jr., y Moses Jones encarna al hijo de Nordberg, personaje que en 1988 estuvo a cargo de O.J. Simpson.
En una escena, los hijos de los antiguos policías lamentan la pérdida de sus padres, pero el descendiente de Nordberg rompe la dinámica con un gesto a cámara, evitando cualquier tono sentimental.
La participación de figuras de la cultura pop también se recupera. Weird Al Yankovic, quien compartió escena con Drebin en la cinta original, regresa en esta ocasión contratado para actuar en los refugios de los ultrarricos cuando se activa el dispositivo PLOT (Primordial Law of Toughness), guiño que refuerza la conexión entre ambas entregas, informó TIME.

El humor físico y los gags recurrentes sostienen la relación entre las películas. Tanto el Drebin de Nielsen como el de Neeson padecen una desafortunada relación con los baños. En 2025, el protagonista prueba un pancho de una tienda, necesita entrar al baño de una cafetería y dispara al aire para desalojar la fila. Esta situación evoca el momento en que el Drebin original olvida apagar su micrófono durante una conferencia, exponiendo a todos los presentes a los sonidos de su paso por el baño.
La conducción temeraria es otro rasgo compartido. Ninguno de los Drebins demuestra destreza al volante: provocan accidentes y generan caos en la ciudad. En la nueva versión, Drebin Jr. recibe un vehículo eléctrico de manos del villano Richard Caine (Danny Huston). Olvida desconectarlo del cargador, arrastra el cable y derrumba un muro de la prisión, facilitando la fuga de los reclusos. Los desastres en la comisaría ya formaban parte del repertorio de 1988, donde el coche de Drebin Sr. se descontrolaba frente a la estación policial, detalló TIME.
La figura de la femme fatale, clásica en el cine negro, se reinventa en ambas películas. Priscilla Presley fue Jane Spencer en la original, mientras que Pamela Anderson interpreta a Beth Davenport en la nueva versión. Ambas aportan un tono cómico al arquetipo, aunque la película de 2025 incrementa la dosis de absurdo y convierte a la femme fatale en un motor de situaciones cómicas. Anderson logra que Drebin camine distraído hasta chocar contra una pared en plena escena de seducción.
El romance entre Drebin y Davenport se desarrolla mediante un montaje musical que parodia y amplifica el de la película original. Esta vez, la secuencia utiliza Nothing’s Gonna Stop Us Now de Starship y suma elementos surrealistas, como un muñeco de nieve que interrumpe a la pareja, lo que contrasta con la versión más inocente entre Drebin y Spencer al ritmo de I’m Into Something Good.
Los cambios de vestuario siguen constituyendo una fuente de humor. Neeson, en su intento de conquistar a Davenport, se quita el uniforme policial para exhibir un cárdigan. En la versión de 1988, Nielsen sorprendía al desnudarse completamente en una escena similar, acentuando el contraste entre ambos enfoques del gag.

Entre los gags visuales más destacados, la nueva cinta recupera la escena del parabrisas: en plena persecución, el coche de Drebin pierde el cristal, pero al atropellar a dos hombres que transportan un parabrisas, este encaja de modo absurdo en el vehículo. Esta secuencia remite a la original, en la que el parabrisas se rompe y los ocupantes quedan cubiertos de vidrios.
La iconografía policial también evoluciona. El montaje inicial del filme de 1988, con un coche patrulla cruzando lugares insólitos, reaparece en los créditos finales de la nueva entrega, como un homenaje visual al desenfreno de la saga.