
Una invitación inesperada llevó a Juan Camilo Bustos, creador de contenido colombiano conocido como ‘El mundo de juancho’, a vivir una de las experiencias más memorables de su vida: asistir a la residencia de Bad Bunny en San Juan, Puerto Rico.
En un video publicado por el propio Bustos, el influencer narra cómo, tras una llamada de su amigo Deivi, decidió embarcarse en un viaje relámpago que lo llevó directamente desde Barranquilla hasta el corazón de uno de los conciertos más esperados del año.
De acuerdo con lo que comentó en un video publicado en sus redes sociales, en el cual recopiló la experiencia, todo comentó el jueves de la segunda semana de septiembre, por la tarde, cuando Bustos recibió la propuesta de su amigo, quien ya se encontraba en Puerto Rico y le ofreció la oportunidad de acompañarlo al concierto del artista puertorriqueño.
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“Yo no sé cómo terminé en la residencia de Bad Bunny en Puerto Rico. El mejor concierto al que he ido en mi vida.(...) El jueves a las cuatro de la tarde, yo estaba tranquilo en mi casa en Barranquilla y me llama el Deivi y me dice: ‘Papi, estoy aquí en Puerto Rico. Voy para el concierto del Conejo ¿no quieres venir?’. Yo dije: ‘¿Cómo así? ¿Que qué?’“, empezó contando el influenciador.

Aunque en un primer momento dudó, la tentación pudo más y, tras una noche de reflexión, Bustos compró el primer vuelo disponible a las cinco de la mañana y después de una larga escala en Bogotá, finalmente aterrizó en San Juan el viernes 12 de septiembre, listo para sumergirse en la atmósfera que rodeaba el evento.
Apenas llegó a la isla, Bustos se dirigió directamente al recinto del concierto, ya que tuvo poco tiempo de disperción previamente por la cantidad de horas viajando.
Desde el primer momento, el ambiente en San Juan se sentía cargado de expectativa y energía, según pudo documentar y vivir, pues el público ya estaba animado y la ciudad respiraba música y celebración, anticipando la aparición de Bad Bunny en el escenario.
El inicio del espectáculo no decepcionó, según el relato de Bustos, la producción escénica resultó impresionante, con un montaje que calificó como “triple hijueputa” y una pantalla infinita que simulaba el cielo, creando una atmósfera cinematográfica en cada canción.
“Yo llegué y eso ya estaba prendido. En el intro pusieron a hablar a un sapito (la imagen de los álbunes y algunos temas musicales del reguetonero) con un viejito y luego va saliendo ‘el conejo’ (como le dicen a Bad Bunny en español). En el vídeo se ve chiquito, pero qué montaje tan triple hijueputa. También tenía una pantalla infinita que simulaba el cielo. Y es que cada escena donde él cantaba, parecía película. Luego se desaparece, llama al sapito otra vez y aparece en la casita con Maluma y Nio garcía, papi", cotó juancho emocionado.
Uno de los primeros momentos destacados de la noche fue precisamente la aparición de Maluma y Nio García en la residencia, los cuales se unieron a Bad Bunny en el escenario, sorprendiendo al público.
Además, Bustos resaltó la presencia de una intérprete de lenguaje de señas durante todo el concierto, lo que permitió que incluso las personas sordas pudieran disfrutar de la música del artista. “Hasta los sordos escuchan al ‘conejo’”, comentó el creador de contenido, subrayando la inclusión y accesibilidad del evento.
La velada continuó con un repaso por los éxitos más antiguos de Bad Bunny, mientras el artista se desplazaba por diferentes partes del escenario, incluso subiéndose al techo de la casita que formaba parte de la escenografía.

Sin embargo, el momento que Bustos describió como “épico” llegó cuando Zion & Lennox hicieron su aparición para interpretar la icónica canción Zundada, ya que el reencuentro resultó especialmente significativo, pues los artistas no se hablaban desde hacía tiempo, lo que añadió un componente emotivo y de reconciliación al espectáculo.
El concierto también incluyó un segmento dedicado a las raíces culturales de Puerto Rico. Bad Bunny, acompañado por una banda de varios músicos rindió homenaje a los orígenes de la música puertorriqueña y presentó una versión en salsa de Callaíta, fusionando géneros y celebrando la diversidad musical de la isla.
A lo largo de su relato, Bustos enfatizó la energía única que se vivió en el concierto de Bad Bunny en Puerto Rico, diferenciándola de otras presentaciones del artista en el resto del mundo. Para él, la conexión entre el público local y el cantante, así como la atmósfera festiva y la calidad de la producción, hicieron de esta experiencia algo irrepetible.
Así, señores, es como termina el mejor concierto de mi vida. De verdad que la energía de Bad Bunny en Puerto Rico es una vaina totalmente distinta a su concierto en el resto del mundo. Un sólido 100 de 10″, puntualizó.

Tras el espectáculo, la aventura continuó con una incursión en la gastronomía local porque Bustos decidió salir del concierto a probar la famosa tripleta puertorriqueña, un sándwich típico de la isla, que describió como “deliciosa”. Finalmente, la noche concluyó en La Concha, un lugar emblemático de San Juan, donde el influenciador selló una jornada que, según sus propias palabras, superó todas sus expectativas.