
La escalada de la violencia del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en el este de la República Democrática del Congo (RDC) ha obligado a más de 850.000 personas a abandonar sus hogares en la provincia de Kivu del Sur, en la que los rebeldes empezaron a avanzar a mediados del pasado enero, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“El resurgimiento del conflicto en la provincia de Kivu del Sur, en el este de la República Democrática del Congo, ha forzado a más de 850.000 personas -cerca de la mitad de ellos, niños- a abandonar sus hogares”, señaló en un comunicado remitido a la agencia de noticias EFE este sábado Unicef.
“Muchos viven en condiciones precarias, refugiados en escuelas, iglesias o a la intemperie, con acceso limitado a agua potable y saneamiento, atención sanitaria y educación”, lamentó la agencia.

El representante de Unicef en el país, Jean François Basse, alertó sobre la “crisis de protección sin precedentes” a la que se enfrentan los menores en el conflicto.
“Los niños están el punto de mira. Están siendo asesinados, reclutados, arrancados de sus familias, y expuestos a una horrible violencia sexual y física”, señaló Basse en el comunicado.
También sobre la situación en Kivu del Sur, el portavoz de la Secretaría General de las ONU, Stéphane Dujarric, alertó este viernes de que se han registrado “graves violaciones del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de derechos humanos, incluyendo casi 400 casos de violencia sexual” entre el 9 y el 25 de febrero en el territorio de Uvira.

El M23 controla ya siete de los ocho territorios que componen la citada provincia, tras tomar el control la noche del miércoles al jueves de la isla de Idjwi, en el lago Kivu.
La toma de ese territorio coincidió con el anunció del Gobierno de Angola, que actúa como mediador en el conflicto, del inicio de negociaciones directas de paz entre el Gobierno de la RDC y el M23, previstas para el próximo 18 de marzo en Luanda, la capital angoleña.
El M23, que cuenta con apoyo de Ruanda -según la ONU y países como EEUU, Alemania y Francia-, tomó el fin de semana del 15 y el 16 de febrero Bukavu, estratégica capital de Kivu del Sur, vecina de Kivu del Norte, cuya capital, Goma, ocupó también el pasado 27 de enero.
El grupo controla las capitales de esas dos provincias, fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamental en la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.

El número de muertos por el conflicto en Goma y alrededores superó los 8.500 desde el pasado enero, según informó a finales de febrero el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba.
La actividad armada del M23 -grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte.
Desde entonces, ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores a una posible guerra regional.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).
(Con información de EFE)